Está información es para recordar la importancia y el impacto que tenemos todos en la infancia de los niños y su repercusión en la sociedad.

¿Qué es lo que estas perpetuando con tu actitud actúal?

Para ti, Madre y Padre, que estas adentrando al Mundo a un ser humano, que aprenderá todo de la vida mirándote, imitando tus gestos y admirando quien eres. Serás el Universo para ese pequeño y podrás introducirlo a la vida y a lo que realmente es importante. Aprenderá la importancia del amor y el respeto; la manifestación sana de la tristeza y la alegría; el cuidado personal y de todo su entorno. Podrá aprender que los límites son necesarios y sanos, que decir que no, es ejercer su autonomía y cuidar su integridad. Podrá aprender que el miedo en su justa medida es útil, lo mantiene a salvo y hace que no arriesgue su vida sin sentido. Podrá aprender que no debe sentirse mejor que nadie, tampoco peor, porque todos somos importantes; que una vida es un tesoro y debe aprovecharla al máximo sin transgredir a otras personas, porque todos estamos unidos. Podrá aprender que crecemos a través de las personas, que si alguien nos hizo daño en un pasado, podemos sanar ese dolor a través de relaciones, como seres sociales que somos, sanándonos unos a otros. Podrá aprender que el enfado es una manera de conocer y manifestar lo que no queremos y no nos gusta, que acumulado se transforma en ira y eso solo provoca enfermedad, guerras y sufrimiento. Podrá aprender que todo esto y más si se lo permites y si tú estas dispuesto a hacerlo, habiendo resuelto tus limitaciones y dolores pasados. Cortando historias que se arrastran de una generación otra.  Un hijo generalmente nos enseña a amar sin condiciones añadidas, sin contratos, ni sociedades de por medio. Es una oportunidad de aprender, crecer y experimentar de la forma más genuina. Los niños, a través de su mirada infinita, nos muestran la belleza de la inocencia y el asombro y cuando un niño sufre a causa de la inconsciencia de un adulto, fallamos todos. El mundo entero se ha detenido.

Somos aquellos que recordamos
— Norberto Bobbio
Aprendemos las primeras lecciones de Autocuidado a partir del modo en que nos cuidan
— El cuerpo lleva la cuenta-Van der Kolk, 2015, p. 125
No tener recuerdos de la infancia es como estar condenado a cargar permanentemente con una caja cuyo contenido desconoces
— El cuerpo nunca miente-Alice Miller
La percepción más intima de nosotros mismos se crea a partir de los intercambios que mantenemos minuto a minuto con nuestros cuidadores
— Beatrice Beebe- es una psicóloga clínica conocida por su investigación sobre el apego y la comunicación temprana entre padres e hijos
Nuestra historia personal puede ser un regalo si aprendemos a sanarla
— Gabor Maté